La presentadora Ana Patricia Gámez vuelve a estar en el centro de conversación, pero no por un proyecto televisivo ni por un logro profesional. Esta vez la exreina de belleza confesó que,
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además del proceso de divorcio que atraviesa, está viviendo lo que ella misma describe como “otro infiern0 paralelo”: su retiro temporal de la televisión, una decisión que asegura no fue fácil ni voluntaria del todo.
Ana Patricia admitió que la televisión ha sido su casa, su identidad y su motor emocional durante más de una década. Alejarse de las cámaras, de la rutina de estudio y del cariño del público ha sido —en sus palabras— “una segunda pérdida”.
Dijo que con el divorcio se desintegra una parte de su vida personal, y con la pausa profesional siente que también se detuvo una parte de quien ella es. Esa combinación, confesó, le ha pasado factura emocionalmente.

La conductora relató que tomó la decisión de retirarse momentáneamente para priorizar su salud mental, la estabilidad de sus hijos y reorganizar su vida después del quiebre matrimonial.
“No puedes apagar un fuego mientras corres dentro de otro incendio”, dijo, haciendo referencia a que no podía sostener la presión pública mientras intentaba recomponerse internamente.
Aun así, dejó claro que no se trata de un adiós definitivo. Ana Patricia cree que esta pausa le permitirá regresar más
fuerte y con una versión más sana de sí misma. “La televisión no está cerrada para mí —indicó— yo solo estoy recomponiéndome para volver”.

Mientras el público comenta y especula, ella libra dos batallas lejos de cámaras: un divorcio y el silencio del retiro, los dos infiern0s que hoy marcan su historia.
