En el mundo de este deporte donde muchas personas se inclinan por líneas específicas o por ejemplares de un solo color, Wilson Basilio ha marcado una diferencia notable.
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Él asegura que su verdadero don no está en limitarse a una raza, un color o una característica particular, sino en la capacidad de preparar y echar ejemplares de cualquier tipo, siempre y cuando sean de calidad.
Para Basilio, el color del ejemplar no define su grandeza dentro del coliseo. Lo importante, según sus palabras, es la resistencia, la valentía y la preparación que se le dé al animal.
“Un gallo fino puede ser colorado, giro, jabao o cenizo, y mientras tenga corazón y corte, merece la oportunidad de demostrar lo que tiene en la valla”, afirma.
Esta visión lo ha convertido en un referente para muchos jóvenes que ven en él un ejemplo de disciplina y de respeto por el deporte.
Su filosofía se basa en no tener prejuicios hacia los ejemplares. Mientras otros descartan ejemplares por no cumplir un estándar visual, Basilio los estudia, los entrena y les da confianza.
El resultado ha sido la obtención de grandes victorias y el reconocimiento de que su habilidad no depende de la suerte, sino del conocimiento profundo que tiene de los ejemplares
Wilson Basilio también destaca la importancia de la selección en la crianza y del cuidado diario. Para él, cada ejemplar es una oportunidad distinta de aprendizaje.
Reconoce que no todos tendrán el mismo desempeño, pero asegura que la clave es descubrir las virtudes de cada ejemplar y potenciarlas en el momento del compromiso