En el mundo de este deporte una de las metas más grandes de un criador es desarrollar su propia línea de ejemplar
VER VIDEO AL FINAL DEL ARTICULO

No se trata solo de criar ejemplares al azar, sino de seguir un proceso disciplinado que permita obtener ejemplares con características definidas, tanto en el aspecto físico como en el desempeño dentro del coliseo. A continuación, te explicamos paso por paso cómo hacerlo.
El primer paso es elegir una base genética confiable. Esto significa seleccionar ejemplar y madre de calidad comprobada, preferiblemente de líneas reconocidas por su valentía, corte y resistencia.
No importa tanto la fama del criador de origen, sino que los animales hayan demostrado resultados consistentes.
El segundo paso es definir un objetivo claro. Algunas personas buscan resistencia, otros rapidez y otros prefieren la fuerza. Según lo que se quiera lograr, se deben cruzar ejemplares que tengan esas cualidades como prioridad.

En el tercer paso se encuentra la observación y selección rigurosa. De cada camada, no todos los ejemplar serán sobresalientes.
Aquí entra la disciplina del criador: escoger solo los mejores, sin sentimentalismo, y descartar aquellos que no cumplen con el estándar deseado.
El cuarto paso es la consistencia en la crianza y el manejo. Una línea no se consolida en un año ni en dos. Se requiere paciencia, buen manejo sanitario, alimentación adecuada y entrenamientos responsables para que los ejemplares desarrollen todo su potencial.
Por último, está la prueba en la valla, que es el filtro definitivo. Solo los ejemplares que demuestran calidad real en combate deben seguir como reproductores de la línea.

Crear una línea propia es un proceso largo, pero también una satisfacción enorme. El criador ve reflejado en cada ejemplar no solo su trabajo, sino también su visión y su legado dentro del mundo de este deporte
