En el mundo de este deporte siempre han existido rivalidades, pero también se ha destacado el valor de la hermandad y el apoyo mutuo entre las personas
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Sin embargo, recientemente se ha generado una fuerte controversia tras las declaraciones de Miguel Ovalle, un reconocido aficionado y criador, quien no se guardó nada al calificar como “ratas” a los socios del coliseo JK.
Según Ovalle, estos no mostraron solidaridad ni respaldo hacia los hermanos de Puerto Rico, lo que desató un gran debate en la comunidad.
Ovalle argumentó que la este deporte no solo se trata sino de mantener una cultura que ha unido a muchas familias a lo largo de los años. Para él, el apoyo entre galleros, sin importar el país, es esencial para preservar el deporte y su tradición.
El hecho de que los socios del coliseo JK, un espacio de gran renombre, no extendieran una mano a los boricuas fue visto como una falta de respeto y compañerismo.
Estas declaraciones no tardaron en encender las redes sociales, donde muchos personas opinaron al respecto. Algunos coincidieron con Ovalle, asegurando que la hermandad de este deporte debe estar
por encima de los intereses personales o económicos. Otros, en cambio, consideraron que sus palabras fueron demasiado fuertes y que pudo haberse expresado de otra manera.
Lo cierto es que este episodio ha puesto sobre la mesa un tema que va más allá de los ejemplares : la lealtad y el apoyo entre quienes comparten la misma pasión.
Miguel Ovalle, con su crítica, ha dejado claro que no tolera la indiferencia, y que para él la verdadera esencia de este deporte se mide en los momentos de unión y solidaridad.